Ciclo Sociedad, Mujeres y Ciencias Sociales: Alejandra Ramm
“La vigencia de investigar las experiencias de vida de parejas del mismo sexo en el país está hoy al centro del debate”
“Parejas del mismo sexo en Chile: Luchas públicas y privadas” es el proyecto Fondecyt 2021 adjudicado por la doctora Alejandra Ramm Santelices, académica de la Escuela de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales UV.
El equipo de coinvestigadores/as lo integran Pablo Astudillo, de la UAH, y Viviana Salinas, de la PUC.
‒¿Qué la motivó a investigar sobre el tema de su proyecto?
Históricamente la población LGBTQ+ ha sido muy discriminada, incluyendo la academia. Por este motivo, se trata de un grupo sobre el cual hay muy poca investigación, basada en evidencia, en el país. Las humanidades fueron pioneras en reflexionar y dar visibilidad a temáticas LGBTQ+, junto con apoyar sus demandas. Pensemos, por ejemplo, en figuras icónicas como Pedro Lemebel y Francisco Casas con Las Yeguas del Apocalipsis. Por el contrario, las Ciencias Sociales, en particular la Sociología, han sido reticentes a incorporar la sexualidad y el género a su análisis. Lo cual, por supuesto, es una gran deficiencia, pues se trata, precisamente, de dos de las estructuras más estables y predominantes de reproducción de las desigualdades. El feminismo fue pionero en esto, pero hasta el día de hoy el feminismo causa desconfianza y reticencia en la academia. De hecho, se evita incorporarlo en los planes de estudio, y menos aún ¡que una asignatura lleve tal nombre!
‒¿Qué proyecciones ve a su proyecto en la sociedad local y nacional?
La vigencia de investigar las experiencias de vida de parejas del mismo sexo en el país está hoy al centro del debate. Piñera sorprendió a todo el país, especialmente a su propio sector político, al anunciar en su última cuenta pública que daría suma urgencia a la tramitación del proyecto de Ley de Matrimonio Igualitario. Lo interesante es que en su discurso enfatizó que esto lo hacía en pos de ampliar la libertad de las personas y de la importancia de que todos/as/es puedan formar familia. Lo cual es una justificación bastante convencional, por decirlo de alguna manera. Esto contrasta con el escándalo, revuelo y rechazo que históricamente han sufrido las parejas del mismo sexo, que son relacionadas a lo desviado, lo perverso y lo abyecto. Recordemos que la iglesia católica consideraba la homosexualidad como el pecado "nefando", es decir, como algo abominable. Por cierto, hoy la doctrina oficial de la iglesia católica sigue considerando la homosexualidad como un pecado y ciertamente se opone al matrimonio igualitario.
El 2015 se aprobó el Acuerdo de Unión Civil, que por primera vez dio reconocimiento legal a estas parejas. Que hoy se discuta el matrimonio igualitario evidencia que aquí hay un proceso de transformación social muy profundo, que va, literalmente, desde lo más íntimo de la esfera privada (sexualidad) a lo público. Al legalizarse las parejas del mismo sexo, significa que por primera vez las personas en relaciones de pareja no heterosexuales son consideradas ciudadanas.
A nivel local este proyecto es particularmente relevante, pues Valparaíso tiene una larga tradición LGBTQ+, asociada a ser un puerto. Pero esta tradición ha sido de violencia, discriminación y marginación, asociada al imperio de una masculinidad convencional hegemónica. Valparaíso tiene un desafío enorme y este proyecto es central en esto, de hacer todo lo contrario: de resignificar y cambiar ese pasado, y transformarlo en un presente y futuro de inclusión, equidad y justicia. Lo cual, por lo demás, está muy en sintonía con el carácter a la vez diverso y cosmopolita de la ciudad.
‒¿Qué rol opina que tienen las Ciencias Sociales en el actual momento que vive el país, y cómo aporta a ello su proyecto Fondecyt?
Las Ciencias Sociales siempre tienen un rol central, pero especialmente hoy en día debido a la desmesurada influencia que tiene la economía en decidir los destinos del país. La economía, a diferencia de las Ciencias Sociales, es un sistema formal que opera en base a supuestos. Supuestos que no tienen un correlato empírico. Por el contrario, las Ciencias Sociales tienen un fuerte correlato empírico, lo cual las hace ser más cautas, pues la empiria es siempre extremadamente diversa y difícilmente asible en "un" modelo. Además, por lo mismo, están mejor equipadas para dar cuenta de los cambios y transformaciones sociales.
En este contexto, entonces, el gran aporte de este, y otros Fondecyt, es que precisamente permiten levantar conocimiento en base a evidencia empírica. Este conocimiento informado y fundamentado, es vital para conocer las experiencias de vida reales de parejas del mismo sexo, lo cual nos permite mirar desde un nuevo ángulo no sólo esas relaciones de pareja, sino también las de parejas heterosexuales. El estudio de las parejas del mismo sexo permite develar y revelar el carácter socialmente construido de muchas cosas que hoy se dan por descontadas en las parejas heterosexuales, por ejemplo, los roles de "hombre proveedor" y de "mujer madre". Lo mismo en relación a cómo se establecen los lazos de parentesco, por sangre y alianzas, y al uso de la figura de "la familia" como supuesta base de la "la sociedad" (como lo hace, por ejemplo, la Constitución del 80).
En un nivel más amplio, cómo funciona el Estado y las políticas públicas (salud, educación, seguridad social, superación de la pobreza, etcétera) están empapados de estos roles de género convencionales, cristalizados en la idea de "la familia" (heterosexual y jerárquica, en tanto el hombre es el "jefe de familia"). Lo cual significa que no sólo parejas del mismo sexo, sino madres no casadas y personas solteras que adoptan quedan marginadas. Así, en tanto el Estado y las políticas públicas siguen operando en base a los roles de género convencionales, se transforman en mecanismos de reproducción de las desigualdades. Lo mismo sucede con el sector privado (educación, salud, sector financiero, etcétera). Todo esto es lo que devela el estudio de parejas del mismo sexo. Sin duda, estas proveen de un ángulo privilegiado para entender cómo el género y la sexualidad son dos de las estructuras más profundas, extensas e invisibilizadas de dominación y de producción de discriminación, exclusión e injusticia.