Profesora Ximena Faúndez valora libro de Manuel Guerrero Antequera por su rigor investigativo
*“Sociología de la Masacre. La producción social de la violencia” cumple “con todos los criterios de rigor y calidad de las ciencias sociales”, afirma la académica.
Como “un trabajo imprescindible para comprender el origen y la mantención de la violencia estatal durante la dictadura cívico militar chilena” define la doctora Ximena Faúndez, académica e investigadora de la Escuela de Psicología Facso UV, el libro “Sociología de la Masacre. La producción social de la violencia” de Manuel Guerrero Antequera, publicado este año en que se cumple medio siglo del Golpe de Estado.
La profesora Faúndez, directora del Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre Cultura Política, Memoria y Derechos Humanos (CEI CPMDH UV), participó junto a Claudio Barrientos Barría, director del Observatorio de Historia Reciente de Chile y América latina de la UDP, y Evelyn Palma Flores, académica de esa casa de estudios, del segundo lanzamiento del referido libro (Paidós, marzo 2023), tesis doctoral del autor.
Ximena Faúndez recuerda los hechos que afectaron al padre del autor: “Manuel Guerrero Antequera tenía catorce años cuando su padre, Manuel Guerrero Ceballos, fue secuestrado por agentes del Comando Conjunto en las puertas de su colegio junto a Manuel Parada. Ambos fueron trasladados, junto a Santiago Nattino, a quien habían secuestrado de su hogar, a un centro de detención y torturas. En ese lugar, los tres fueron víctimas de brutales torturas. Posteriormente, los tres detenidos fueron conducidos en vehículos, con vendas en los ojos, a un camino eriazo cerca del aeropuerto de Santiago, donde fueron degollados”.
Al respecto, afirma la académica que “es importante distinguir que ‘Sociología de la Masacre. La reproducción social de la violencia’ no es una obra testimonial ni autobiográfica, sino que es producto de una investigación científica: la tesis doctoral del autor. Y cumple con todos los criterios de rigor y calidad de las ciencias sociales”.
En tal sentido, apunta: “Manuel Guerrero declara al inicio de su trabajo su posición epistemológica como investigador. Es decir, el autor se refiere a la relación del sujeto investigador y aquello que investiga. Se reconoce como un sujeto situado en un contexto histórico y político cuya biografía lo implica con su objeto de estudio”.
Es decir, explica la doctora Faúndez, el reconocimiento del investigador como un sujeto situado en un contexto sociohistórico, con una biografía y perspectiva del mundo particular, implica reconocer algunos elementos que esta posición condiciona: las preguntas de investigación, los métodos que utiliza para responder dichas preguntas y la forma en que interpreta sus resultados.
En la actualidad, señala la profesora, “las ciencias sociales reconocen el rol de la subjetividad como característica del saber y pensar científico. El conocimiento es histórico, es situado, es co-construido. Nace del encuentro entre el observador y lo observado. Manuel Guerrero asume la tarea de intérprete que dialoga con datos, con evidencia empírica, así como con teóricos del pasado y del presente en búsqueda de respuestas a sus preguntas. Esto es lo que hace un científico: proponer preguntas relevantes e intentar responderlas”.
Asimismo, valora el rigor teórico del libro: “El trabajo destaca por la argumentación racional y por la elección de autores, teorías y métodos adecuados para responder sus preguntas de investigación. Manuel Guerrero construye sus respuestas a partir del diálogo de las propuestas de Sémelin, Kalyvas y Policzer. Además recurre a material testimonial y a la revisión de archivos para dar sustento y evidencias que dan crédito a sus interpretaciones y relaciones”.
De esta forma, la obra “da cuenta del pensamiento reflexivo de su autor, quien hace constantemente una sistematización de sus acciones, sus pensamientos y su rol en el proceso de investigación. Es así como reflexivamente da cuenta de un encuentro con los marinos constitucionalistas detenidos junto a él, su madre y su abuela en el Fuerte Silva Palma de la Armada de Chile en Valparaíso, porque se negaron a participar de las acciones represivas contra la población civil, y de cómo ese encuentro le ha permitido no estigmatizar a ningún grupo. Esta experiencia le permite comprender que las personas actúan como individuos, muchas veces independientemente y a contra sentido del grupo al que pertenecen”.
Finalmente, afirma Ximena Faúndez, “el trabajo de Manuel Guerrero Antequera posee un máximo de rigor ético y político. Este año en que se cumplen 50 años del golpe de Estado, su trabajo nos ayuda a comprender la masacre de la dictadura cívico militar chilena, y se nos presenta como una brújula en el momento actual”.